Un museo en la sala de uno y dos años


Los niños pequeños incorporan el entorno explorando, jugando, a través de los sentidos y, entre ellos, la percepción visual ocupa un lugar especial. Poseen una particular sensibilidad ante los estímulos visuales, que les permite recibir cierta información que no pueden obtener mediante otros canales. La percepción visual puede enriquecerse, creando un entorno rico en imágenes.

Me parece muy importante desarrollar la capacidad de ver. En esta sociedad en la que abunda el estereotipo, es necesario ofrecer a los niños la posibilidad de acceder a otro tipo de imágenes. A través de esta experiencia, tendrán la oportunidad de comenzar a frecuentar distintas imágenes de calidad estética.

Contenidos

- Mirar imágenes.
- Manifestar algunas emociones o sensaciones sobre los efectos que las imágenes producen: observar atentamente, señalar una imagen, realizar un gesto, sonreír, decir alguna palabra.

Propósitos

- Ofrecer un espacio cálido donde los niños puedan comenzar a frecuentar imágenes de calidad.

Intervenciones

Antes de la actividad:
- Seleccionar las imágenes. Pueden ser reproducciones de obras de arte, fotografías u otras imágenes.
- Armar el espacio. Las imágenes estarán enmarcadas, colocadas a la altura de los niños, con una separación considerable entre ellas para que no se molesten unos a otros al observar.

Durante la actividad:
- Brindar el tiempo necesario para que los chicos descubran aquello que les llame la atención.
- Observar atentamente sus manifestaciones (gestos, vocalizaciones, señalamientos, palabras). Es importante no presionarlos, tendrán libertad para mirar o no mirar.

Experiencia

Inicio:
Armar el espacio sin la presencia de los chicos. Invitarlos a entrar: "Vamos a mirar".

Desarrollo:
Permitir que observen las imágenes y que las descubran de forma autónoma. Darles tiempo. Prestar atención a sus manifestaciones. Prestar palabra.

Cierre:
Comentarles a los niños que otro día volverán a mirar las imágenes.

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